
EL CANNABIS COMO ALIADO CONTRA EL DOLOR CRÓNICO
En el libro “Cannabis Medicinal: La guía completa” realizado por los Dres. Romero Celeste y Morante Marcelo destacan los mecanismos subyacentes mediante los cuales los cannabinoides, compuestos químicos presentes en el cannabis, interactúan con el sistema endocannabinoide del cuerpo humano para modular la percepción del dolor. Además, proporcionan una visión integral de las diferentes cepas de cannabis y sus perfiles terapéuticos específicos, así como las mejores prácticas para su uso en el tratamiento del dolor crónico.
El siguiente artículo está basado en el libro “Cannabis Medicinal: La guía completa”.

En el complejo mundo del tratamiento del dolor crónico, cada vez más personas están recurriendo al cannabis medicinal en busca de alivio. Este enfoque ha despertado un interés creciente entre los profesionales de la salud y los pacientes por igual. ¿Pero qué dice la ciencia detrás de esta tendencia emergente?
El dolor crónico se caracteriza por una sensibilidad persistente en el sistema nervioso central y/o periférico. Es una condición común que afecta aproximadamente al 20% de la población mundial, siendo más prevalente en mujeres y adultos mayores, aunque puede manifestarse en cualquier etapa de la vida. Las causas del dolor crónico son diversas, desde enfermedades crónicas como el cáncer o la artrosis, hasta estados en los que la causa es desconocida, pero el dolor se experimenta de manera continua, impactando negativamente en la calidad de vida de quienes lo padecen. El dolor crónico es una experiencia personal y única que, a menudo, está acompañada de una variedad de síntomas adicionales. Estos síntomas incluyen fatiga, problemas para dormir, pérdida de apetito, pérdida de peso, disminución del deseo sexual y dificultades en las relaciones interpersonales. Estos síntomas tienden a desarrollarse gradualmente, profundizando el nivel de malestar que se padece.
Cuando el estado doloroso es constante, produce estados de frustración y desesperanza que muchas veces contribuyen al desarrollo de los síndromes depresivos y/o ansiosos, por lo que la repercusión en la calidad de vida se profundiza. Vale destacar que las personas que conviven con dolor crónico tienden a estar atravesadas por un montón de consultas, estudios complementarios, invasivos y costosos, y tratamientos poco efectivos o con marcados efecto secundarios, tales como somnolencia, constipación o adicción, por solo mencionar los más frecuentes.
CEPAS INDICADAS
Se recomienda utilizar variedades altas en THC o variedades con concentraciones similares de THC y CBD.

FORMATO Y POSOLOGIA
Aceite (vía sublingual): Útil como tratamiento de base. Iniciar con extractos de diluciones medias (1/50), dos o tres tomas al día de una, dos o tres gotas. Titular en función de la tolerancia y el efecto hasta dar con la dosis efectiva.

Crema (vía tópica): Muy útil para acompañar otras vías de administración, se aplica directamente sobre la zona del dolor. Se recomienda usarla al menos tres veces al día, reforzando a mitad de la noche, de ser necesario.

Cogollo (vía vaporizada): Útil para crisis agudas. Iniciar con dos bocanadas de cannabis balanceado en THC y CBD a 180°C y esperar cinco minutos. De ser necesario realizar otra bocanada, aumentando la cantidad según las necesidades de cada organismo.

Té (vía oral): Se prepara una infusión de ¼ de cucharadita de té de cogollos por taza de agua hirviendo. Este preparado posee un gran potencial antiinflamatorio. Se recomienda tomar una o dos tazas al día para estados agravación del dolor.

TRATAMIENTO TRADICIONAL
Cuando se trata de un problema de salud complejo como es el dolor crónico, hace falta implementar estrategias multimodales. Para trabajar sobre el dolor es necesario reentrenar el sistema nervioso, para lo cual es muy útil observar cuales son los factores que cooperan para que se presente la experiencia dolorosa y mitigar su impacto. Esto no es un detalle menor ya que la actual crisis de la biomedicina genera la tendencia a priorizar las estrategias farmacológicas por sobre el resto de las intervenciones posibles. Sin embargo, en una problemática tan manifiesta como es el dolor crónico, hace falta abrir el juego a los diferentes factores que se interrelacionan en la experiencia dolorosa de cada persona en particular para atenderlos uno por uno, evitando reducir la intervención a la mera prescripción farmacológica.
Las intervenciones en la terapéutica del dolor crónico incluyen la revisión de la dieta, evitando alimentos que promuevan la inflamación, como lácteos, procesados y harinas refinadas. Es necesario realizar una revisión del estilo de vida, de las rutinas de sueño y la cantidad y calidad de ejercicio físico, así como propiciar el desarrollo de actividades que produzcan bienestar, para lo cual es de mucha utilidad trabajar el abordaje desde la terapia ocupacional, integrando herramientas de forma paulatina.
El acompañamiento psicoterapéutico especializado contribuirá a poder identificar y nombrar los aspectos emocionales que se vinculan a la experiencia dolorosa, así como trabajar factores históricos que puedan haber desencadenado o cooperen en la presencia del estado doloroso.
El entrenamiento en técnicas de respiración y atención plena será esencial para poder convivir con la experiencia del dolor crónico con más espaciosidad, integrando estrategias que cooperen con la observación y la calma. Asimismo, técnicas tales como fisioterapia, la acupuntura y el electromagnetismo también cooperan en el alivio de la experiencia dolorosa.
Por último, los tratamientos farmacológicos pueden incluir la prescripción de distintos tipos de medicamentos: analgésicos de venta libre como el paracetamol, antiinflamatorios no esteroides, inhibidores selectivos de las COX-2 y opioides. En algunos casos la magnitud del dolor es tal que se requieren tratamientos quirúrgicos.

ACCIÓN TERAPÉUTICA DEL CANNABIS
Si revisamos la lista de síntomas frecuentes que acompañan la experiencia del dolor crónico y recordamos las acciones del sistema endocannabinoide, veremos que hay un paralelismo que da cuenta de la disfunción de este sistema en estados de dolor prolongados en el tiempo. Básicamente, los distintos factores interrelacionados inducen estados de dolor e inflamación, que no llegan a modularse correctamente a través de la producción de endocannabinoide, ya que el sistema tiende a agotarse y no da abasto. Es en este aspecto cuando cobra lógica e interés la posibilidad de trabajar con fitocannabinoides derivados de la planta de cannabis para suplir ese déficit y recuperar el funcionamiento del sistema endocannabinoide, lo que cooperará ampliamente en el control del dolor.
También, hace falta recordar que una de las principales funciones del sistema endocannabinoide es el control del dolor. Cuando el sistema endocannabinoide funciona correctamente, las propiedades analgésicas cooperan en la adaptación del organismo al medio, por eso es que este sistema de receptores de tipo cannabinoide está ampliamente distribuido en las regiones del sistema nervioso central y periférico donde se controla la señalización dolorosa. Asimismo, la acción del receptor CB2 es fundamental para la modulación del proceso dolorosa, ya que una de sus principales acciones biológicas se basa en el control de la inflamación, esencial para disminuir el estado de dolor.
Así, los cannabinoides derivados de la planta pueden activar la malla de receptores del sistema endocannabinoide tanto a partir del estímulo directo (a través del THC) o de la modulación de su acción (mediante el CBD). Además de estos, otros fitocannabinoides, como por ejemplo el CBC, CBG, THCA y THCV, son efectivos para el tratamiento del dolor, lo que destaca la importancia del uso de derivados de planta entera.
Por último, es clave destacar la importancia de la experiencia del colectivo de usuarios de cannabis para trabajar sobre el dolor crónico. Uno de los principales usos terapéuticos de la planta de cannabis es justamente el control del dolor crónico. Las experiencias son diversas, es necesario conocerlas para reconocer el amplísimo potencial de la planta para estas condiciones de salud. Las personas disminuyen el dolor crónico combinando aceites, vaporizaciones, cremas e infusiones con resultados impactantes en su control del dolor y consecuentemente en su calidad de vida.

INTERACCIONES
Siempre que se está realizando un tratamiento farmacológico y se va a combinar con otro, es útil contar con acompañamiento médico para poder resolver posibles contingencias que surjan. En el caso del dolor crónico, es habitual que las personas se encuentren medicadas con analgésicos opioides que poseen una interacción beneficiosa con el uso de derivados de la planta, ya que la implementación de estos últimos permiten disminuir las dosis de los analgésicos opioides, disminuyendo la presencia de efectos secundarios y mejorando así la calidad de vida.
