
CANNABIS MEDICINAL Y EPILEPSIA: UNA MIRADA REVELADORA
En la búsqueda de tratamientos efectivos para la epilepsia, el cannabis medicinal ha emergido como una opción prometedora. En "Cannabis Medicinal: La Guía del Cannabis Medicinal", los doctores Romero Celeste y Morante Marcelo exploran el potencial terapéutico del cannabis en el control de las convulsiones epilépticas. Este libro ofrece una visión esperanzadora para aquellos que buscan alivio de la epilepsia resistente al tratamiento convencional.
El siguiente articulo como en el artículo “Cannabis como alternativa para el dolor crónico: Lo que necesitas saber” está basado en el libro descripto en el anterior párrafo.
La epilepsia es una alteración de la actividad eléctrica cerebral que afecta a unas 50 millones de personas en el mundo y se caracteriza por la presencia de episodios agudos de crisis recurrentes. Las crisis epilépticas son episodios de inicio y terminación bruscos producidos por un cambio repentino de la actividad eléctrica del cerebro. Se pueden presentar como convulsiones, ausencias y alucinaciones, entre otros.
Las convulsiones son crisis de movimientos musculares involuntarios que afectan a todo el cuerpo o a una parte del mismo, con o sin pérdida de la conciencia. La frecuencia, la duración de la crisis, el tiempo de recuperación y el nivel de deterioro cognitivo producido varían en cada caso. Una crisis severa puede llevar al deceso. En el 30% de las personas diagnosticadas con de epilepsia, las crisis se repiten a pesar de la medicación, fenómeno que se conoce como “epilepsia refractaria”.
CEPAS INDICADAS
Se recomiendas variedades con mayor cantidad de CBD que THC. Y, de ser posible, variedades ricas en THCA.

FORMATO Y POSOLOGÍA
Aceite (vía oral sublingual): Opción útil como tratamiento de base debido a la mayor duración de su efecto y la baja psicoactividad. La dilución de inicio varía según el caso, en general estas personas requieren más concentrados (incluso resinas puras) para controlar sus síntomas. Se suele iniciar con dos gotas de extracto en diluciones 1/30 ó 1/40, evaluándola frecuencia y cantidad en función de las necesidades. Cuando se dificulte la vía sublingual, se puede administrar colocando el extracto directamente en el alimento (como en una galleta) antes de ingerirlo. Esta vía tiene una absorción errática, lo que dificulta ubicar la dosis efectiva para cada caso.
Macerado (vía sublingual): El macerado de cannabis es una opción muy útil para el tratamiento de mantenimiento ya que su método de elaboración permite conservar más los terpenos presentas en la planta. Gracias al efecto sequito, permite sostener el efecto terapéutico con concentraciones de cannabinoides más bajas, lo que se recomienda para evitar sobredosificaciones que disminuyen la respuesta terapéutica. Se realizan dos o tres tomas al día de una a cinco gotas sublinguales, las cuales se deben titular en función de la tolerancia y el efecto hasta ubicar la dosis efectiva para cada caso en particular.
Té (vía oral): Se prepara una infusión de ¼ de cucharadita de té de cogollos por taza de agua hirviendo. Esta vía de administración posee un gran potencial antiinflamatorio gracias a que contiene cannabinoides ácidos, los cuales han demostrado efectos terapéuticos para esta condición en dosis muy bajas. Se recomienda la ingesta de una taza de té al día.
Resina (vía encías): Es eficaz en casos de convulsiones de larga duración o convulsiones breves a repetición. Se coloca resina pura en una dosis del tamaño de arroz directamente en las encías durante la convulsión.
TRATAMIENTO TRADICIONAL
La forma tradicional de tratar los casos de epilepsia se basa en la administración de fármacos antiepilépticos, que en casos refractarios no logran revertir los síntomas. Las personas que poseen diagnóstico de epilepsia refractaria continúan con síntomas aun luego de la prescripción de varios fármacos, en general de tres a cinco o más antiepilépticos y esteroides. Dadas las altas dosis indicadas, es frecuente la aparición de efectos secundarios. Para casos de epilepsia refractaria también se indican estrategias no farmacológicas, como la dieta cetogénica, estimulación vagal (es un tratamiento médico que consiste en la estimulación mediante impulsos eléctricos del nervio vago. Este nervio es responsable de conectar los impulsos eléctricos que manda el cerebro a ciertas partes del cuerpo) y cirugías.
ACCION TERAPEUTICA EL CANNABIS
En la historia de la medicina existen escritos que registran el uso de cannabis como tratamiento para las convulsiones, lo que resultó el puntapié inicial para la actual exploración acerca de las propiedades de la planta para el tratamiento de la epilepsia resistente. Se cree que existen alteraciones de la señalización cannabinoide que podrían contribuir al proceso patológico y cuya atenuación mediante derivados de la planta de cannabis podría ser una terapéutica posible para el tratamiento de las personas que conviven con esta afección.
Dentro de los cannabinoides a los que se les atribuyen acciones anticonvulsivantes, se destaca el efecto del CBD, el cual hoy en día es considerado un tratamiento con evidencia científica suficiente para el abordaje de esta condición. El CBD demostró potencial anticonvulsivante en modelos animales de convulsiones. Además, se ha observado que el CBD puede aumentar los efectos anticonvulsivantes de otros fármacos antiepilépticos, lo que podría relacionarse con las interacciones metabólicas a nivel hepático de este cannabinoide.
Si bien su mecanismo íntimo de acción aún no está completamente comprendido, se cree que la administración de éste fitocanabinoide optimizaría la acción del sistema endocannabinoide ya que incrementa los niveles de anandamida, uno de los endocannabinoides que nuestro cuerpo produce de forma natural. Dentro de las acciones del sistema endocannabinoide; destaca su capacidad de neuromodulación, por eso se estima que este sistema es clave en el control de la excitabilidad de la red neuronal, lo que modularía la actividad eléctrica anormal en personas con crisis epilépticas resistentes al tratamiento farmacológico.
Cabe destacar que hay estudios científicos que aportan evidencia acerca de que el CBD no sería el único cannabinoide con actividad anticonvulsivante. Existen numerosos estudios que dan cuenta de la capacidad anticonvulsivante del THC, CBDV, THCV, CBN y del THCA a bajas dosis. Además de la presencia en la planta de cannabis de varios terpenos que podrían potenciar la acción sobre este tipo de síntomas, todo lo cual podría explicar por qué muchas personas responden mejor a extractos artesanales que a productos de CBD puro, dada la sinergia de los componentes presentes en preparados derivados de planta entera.
Asimismo, los cannabinoides disminuyen la inflamación y el estrés oxidativo que propagan el daño neuronal post crisis, lo que contribuiría en disminuir el déficit cognitivo. En este tipo de personas, la actividad convulsiva genera un estado de inflamación del cerebro y, a su vez, esta inflamación contribuye a incrementar las convulsiones. Esto produce un ciclo de crisis-inflamación-crisis que, al perpetuarse, produce lesiones neuronales, lo que en definitiva agrava el déficit neurológico, por lo que la acción sobre la neuroinflamación a través de las acciones del receptor CB2 podría ser uno de los mecanismos a partir de los cuales el cannabis con-tribuye a disminuir la frecuencia de crisis.
La experiencia de los usuarios da cuenta de una mayor conexión con el entorno, una marcada mejoría en el estado de ánimo, además de la disminución del número e intensidad de las crisis, menor tiempo de recuperación y la posibilidad de disminuir las dosis de los fármacos antiepilépticos y, por ende, sus efectos secundarios.

INTERACCIONES
Es muy importante tener en cuenta que el cannabis se incorpora al tratamiento de esta afección como una fitoterapia complementaria, el uso en conjunto ha demostrado poseer interacciones de relevancia. Se han registrado múltiples interacciones entre fármacos antiepilépticos y derivados de la planta de cannabis. Por ejemplo, es sabido que el CBD aumenta la duración y el efecto de la fenitoína, el clobazarm, la etosuximida, la lamotrigina, el topiramato, la tiagabina, la zonisamida y el felbamato, entre otros antiepilépticos, lo que requiere seguimiento clínico para corregir las dosis.

ESTUDIOS CIENTÍFICOS

Un estudio científico realizado 2016 analizó la eficacia y los efectos adversos de la utilización de extracto de cannabis artesanal en 272 pacientes con epilepsia refractaria, El 12% no tuvo efecto; 33% redujo las crisis hasta en 50%; 45% las redujo más de 50%; 10% permaneció libre de crisis. Se destacan: respuestas a dosis menores a 0,1 mg/kg por día; el uso de THCA para prevenir las convulsiones; el uso de THC para rescatar las convulsiones y la sinergia de los componentes en los preparados artesanales. Otro estudio de 2016 evaluó respuesta y tolerancia al uso de CBD vía oral en 214 pacientes con epilepsia refractaria en 11 centros especializados por un año. El estudio concluyó que el CBD es una sustancia que puede reducir la frecuencia de convulsiones con un adecuado perfil de efectos adversos.
